Este miércoles 2 de octubre, el nivel del Lago San Roque fue medido en 30,52 metros, confirmando que nos encontramos en uno de los años más secos de la última década. Con una altura máxima de 35,30 metros, que corresponde al nivel del vertedero del dique, el lago se encuentra actualmente a 4,78 metros por debajo de su capacidad total.
Al comparar los niveles históricos del San Roque en esta misma fecha durante los últimos 14 años, queda en evidencia la gravedad de la situación actual. Desde 2010, solo en 2011 (con 28,95 metros) se registró un nivel más bajo que el actual. Otros años críticos en cuanto a la escasez de agua fueron 2022 (30,84 metros) y 2013 (30,69 metros). La medición promedio para el 2 de octubre durante estos 14 años ha sido de 31,74 metros, lo que resalta el déficit actual.
Este año seco agrava una problemática que afecta a miles de habitantes que dependen del agua del Lago San Roque, especialmente la ciudad de Córdoba, que extrae gran parte de su provisión de este embalse. El alto consumo urbano, combinado con la escasez de lluvias, genera preocupación para los próximos meses.
El investigador del Conicet, Marcelo García, advierte que el panorama es desalentador: “Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional indican precipitaciones por debajo de lo normal y temperaturas superiores a las habituales. Esto genera una mayor demanda de agua y una oferta menor”. Además, señaló la urgencia de reducir el consumo: “Si logramos reducir un 30% el consumo, sería como hacer una obra para 600.000 personas”.
El llamado a la conciencia es vital en este contexto de escasez, ya que el consumo responsable podría mitigar los efectos de una temporada con pocas lluvias y un calor extremo. La situación del Lago San Roque, que se acerca peligrosamente a sus niveles más bajos en años recientes, es un claro recordatorio de la necesidad de adoptar medidas inmediatas.